miércoles, 23 de septiembre de 2020

Sierra de Yeguas siglo XX 4º Capítulo.

        La forma de trabajar el Ayuntamiento a la hora de contratar trabajos en obras públicas

      El presupuesto del ayuntamiento para el pueblo se hacía anualmente, pero revisado cada mes, para así poder tener mejor controlado los trabajos a realizar con el presupuesto destinado para cada mensualidad. Aparte, los pagos fijos de los funcionarios, que para cada mes ya tenía su presupuesto fijado.

       Los trabajos que había que realizar en el pueblo por parte del ayuntamiento se concedían a través de subasta. El ayuntamiento presentaba un trabajo que era necesario realizar con el precio ya fijado, y aquellas empresas o personas físicas debidamente autorizadas que apostaban más a la baja se quedaban con el proyecto. Para estos trabajos, por parte del ayuntamiento, se nombraba una comisión de seguimiento  formado por tres concejales y vocales asociados.

      El arbitrio y los impuestos también  se subastaban, o bien se le pagaba un tanto por cientos a los señores que se quedaban con el trabajo a realizar. De la misma manera se nombraba comisión de seguimiento por parte del ayuntamiento para controlar dichos cobros.

      También existía el impuesto al consumo, a las especies que comprende el grupo de carne, pescados de todas las clases, carbón, vegetales, alcohol, aguardientes y licores.

      También tenía el ayuntamiento continuamente dos cuadrillas de albañiles, que normalmente los empleaba en mantenimientos de los inmuebles, las calles y los caminos circunvalación del pueblo.

      Precisamente uno de los trabajos más importantes que tenían que realizar estas cuadrillas era revisar asiduamente el camino y pozo del Valenciano, de donde se extraía el agua potable que abastecía a nuestro pueblo. Los "aguaores", en números de tres o cuatro, eran unos trabajadores por cuenta propia  que pagaban sus impuestos al ayuntamiento por la extracción de agua del pozo del Valenciano. El modo de sacar el agua del pozo era con una cuerda y un cubo y llenaba la pipa (así se llama el carruaje  que usaban, un bidón de unos mil litro bien instalado en un carro que era arrastrado por una mula). Este trabajo era bastante duro y así luego repartía  y vendía el agua por las calles pregonando: ¡el aguaóóó!, y les servía el agua en los cántaros que portaban las mujeres. Y así cada día daban, como mínim,o dos viajes al pozo, uno por la mañana y otro por la tarde.

     ¿Os imagináis lo que sería sacar dos mil litros de agua de un pozo cubo a cubo  con una cuerda y luego repartirlo por todo el pueblo? ¡Un trabajo muy duro! 

     Esto que estoy escribiendo es de principio de siglo xx. Yo tengo recuerdo de cuando era un niño de ir al pozo y ya me daba cuenta de las honda duras que tenía hecha el palo del brocal del roce de las cuerdas para sacar el agua, aunque ya tenían instalado un carrillo y era muchísimo más fácil sacar el agua. En los últimos años, ya era un motor con una bomba de extracción de agua. 


                                                                La Sanidad

 Los sanitario por entonces, médicos, practicantes y veterinarios, también dependía del ayuntamiento.

      Prueba de ello es la solicitud presentada el día tres de junio del mil novecientos tres en el ayuntamiento de Sierra de Yeguas, y siendo alcalde don Emilio Solís del Pozo, por el facultativo titular de esta villa, médico de entonces D. Federico Martínez de los Santos, que fue contratado por esta corporación extraordinaria  celebrada en tres de julio de mil ochocientos noventa y nueve,  a precio expediente de concurso. En el mismo existe una clausula según la cual puede prorrogarse el plazo por otros cuatro años, o según convenga, y sin necesidad de un nuevo acuerdo vacante ni nuevo contrato, el solicitante manifiesta no tener inconveniente alguno en servir y desempeñar esta plaza bajo las mismas condiciones que trata en el expediente que sirvió de base para su provisión definitiva por otros cuatro años, y que terminará en tres de julio de mil novecientos siete.

      Días más tardes, el ayuntamiento, por mediación del señor alcalde D. Emilio Solís del Pozo, le comunicaba el acuerdo de pleno que aprobada su solicitud. 

       

                        Talleres de Carpintería de obra basta y herrería 

     Otros datos muy importantes que recupero es la instalación de dos talleres de carpintera de obra basta y herrería, a finales de siglo XIX y principio del XX: los Benites y los Pérez, tan necesario para estos tiempos, ya que se dedicarían a la construcción de carruajes y herramientas para el campo. Más adelante hablaré de estos talleres que todavía perduran en el tiempo.


                                               Atendiendo a los más pobres  

     Por estas fechas, nuestro ayuntamiento tenía una cuenta contable para atender a los más necesitados del momento.

     Se daba lectura a la cuenta presentada por el depositario de los socorros facilitados a una vecina de Sierra de Yeguas para atender a la enfermedad de su hermana y sus hijas; importe, cincuenta pesetas, acordándose por el ayuntamiento que se apruebe al depositario con cargo a la cuenta de necesitados del vigente presupuesto. 

      De nuevo me sorprende el poder de la peseta, fíjense que por setecientas pesetas se contrataba un oficial de oficina para todo un año. Y cincuenta pesetas a esa señora para atenderla en su necesidad sanitaria, todo un prodigio de caridad por parte del ayuntamiento de esta localidad.


En el próximo capítulo: presupuesto del Ayuntamiento para todo un año y nuevo alcalde.

(Agradezco su comentario. Gracias💬)

Antonio Solís

  



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