La iglesia instituyó la fiesta del Santo Rosario para celebrar la batalla de Lepanto que, como sabemos, tuvo lugar el 7 de octubre de 1571 entre la flota cristiana, mandada por don Juan de Austria, y la turca, capitaneada por Alí-Baja. Según cuentan las crónicas, el viento, que en principio soplaba a favor de los otomanos, cambió por intercesión de la Virgen e impulsó a la escuadra cristiana hasta lograr una victoria completa a cañonazo limpio. Algunos pueblos del marquesado de Estepa por ejemplo Gilena tenían por costumbre encender una escandalosa traca que retumba en los zaguanes y hoy día, más civilizadamente, alzan sus estallidos con los cohetes cada 7 de Octubre.
Para hacernos una idea de lo que representó este triunfo para los cristianos sólo tenemos que pensar que con él desapareció el temor que representaban los turcos, que habían logrado llegar casi al centro de Europa. Por eso, desde aquel mismo instante, la Iglesia añadió a la letanía el Auxilium Christianorum.
Fue Pío V quien instituyó en sus memorias la fiesta de este día con el nombre de Nra. Sra. De la Victoria, a la vez que mandaba "para asegurar en lo sucesivo el patrocinio de la soberana Reina recurriesen los fieles a la devoción del Santo Rosario".
La devoción a la Virgen del Rosario se extendió por toda España, prueba de ello es que la visitas pastorales a la vicaría estepeña en 1703 y 1709 aseguran la existencia de una imagen de la Virgen del Rosario en loa siguientes pueblos: Pedrera, Lora de Estepa,Herrera, La Roda, Sierra de yeguas, Alameda, Badolatosa, Casariche, (dos imágenes), Miragenil, Marinaleda, La Salada, Estepa (trs hermandades y una imagen con capilla en Santa María). Ademas sabemos que se sacaba en procesión desde antes de 1703 en Pedrera, Sierra de Yeguas, Alameda y Gilena, pues en todos ellos también figura en el inventario de ese año unas "andas de la Virgen del Rosario".
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