martes, 18 de junio de 2024

 

 Colegio Santísima Trinidad de Sierra de Yeguas

    El pasado jueves 6 de junio cumplía el Colegio Santísima Trinidad cincuenta años de existencia. Por ese feliz motivo en el patio del propio colegio se celebraba un acto conmemorativo, muy emotivo y entrañable al que tuve el honor de asistir. Entre los invitados se contó con el delegado de educación de la zona, don Miguel Briones, el señor alcalde don Miguel A. Sánchez Jiménez, concejales y otras autoridades, antiguos directores y maestros del colegio, representaciones de promociones de alumnos, personal administrativo y de servicio del colegio, así como diversos presidentes del Ampa y personal docente y directivo del instituto de Sierre de Yeguas. A cada representante, así como a los antiguos maestros o familiares asistentes, la dirección del colegio les obsequió con un diploma conmemorativo como recuerdo. A medida de que se iban repartiendo los diplomas, cada uno daba su agradecimiento por la atención recibida. Momento entrañable fue  cuando llegó el turno de los maestros del colegio. Subió al estrado nuestro querido D. Antonio Lebrón Trigo, quien dedicó unas palabras muy atentas y de agradecimiento a este pueblo por su paso como maestro y director del colegio durante varios años. Desde aquí, quisiera también agradecer a mi amigo Antonio Lebrón por su mención a mi etapa como primer presidente del Ampa del colegio. Y es que en este acto tan emotivo fui invitado como primer presidente que fui del Apa, posterior Ampa, del colegio Santísima Trinidad de Sierra de Yeguas. Doblemente me sentí alagado, tanto por haber tenido la oportunidad de aportar mi grano de arena como presidente de la asociación de padres y madres de alumnos, como por el hecho de que en la construcción del colegio fue mi empresa de por entonces. Carpintería Solís, la que trabajó toda la madera del colegio, incluidos los bloques de viviendas de los maestros, la casa del director y la del conserje.

   Al final de este acto el Sr. delegado y Sr. Alcalde descubrían una placa conmemorativa a la salida del colegio.      

    La construcción de un nuevo colegio

  El empeño de construir el nuevo colegio, por parte, fue fruto del tan incansable por entonces director de los colegios (no se puede decir centro porque no existía como tal y las escuelas estaban repartida por todo el pueblo)  D. Francisco Notario Mora, que no dejaba de insistir tanto a los ministerios competentes como a sus superiores delegada e inspectora de la zona doña Trinidad de Pablo.

  El lema de don Francisco siempre era el mismo: Sierra de Yeguas necesita con urgencia un Colegio agrupado y adaptado a los nuevos tiempos, ya que ese hace muy difícil trabajar en las condiciones actuales, donde los maestros se quejan a diario de no poder impartir una buena enseñanza.

  Y como no hay mal que por bien no venga, sucedió que a finales de los años sesenta se produce el derrumbe del techo, o cielo raso, de una de las aulas que se habían construido años antes en la calle el Pilar. Como solemos decir algunas veces, ¡el de arriba echaba una mano en la construcción del colegio!   

  Afortunadamente, el hecho ocurrió durante las vacaciones del verano. De haber sido durante las clases nos hubiera costado un buen susto, porque la plancha del techo cayó entera, destruyendo los pupitres y la mesa del maestro.

   El director del grupo del momento, D. Francisco Notario Mora dio cuenta de lo ocurrido a la delegación de cultura. Seguidamente, la inspectora de la zona Trinidad de Pablos Cerezo, acompañada del arquitecto de la delegación de Málaga, y junto con el director del centro, visitaron las escuelas afectadas. El arquitecto manifestó que estos edificios ya habían cumplido su misión, que fue la de atender las necesidades urgentes de escuelas después de la guerra civil. Por tanto, lo que procedía ya era hacerlas nuevas. Y lo mismo dijo de las otras cuatro aulas de la calle Campillos, que también se  construyeron por aquella época.

    Por su parte, D. Francisco Notario Mora, quien siempre estaba a favor de realizar cosas para su pueblo, expresó su parecer diciéndole a doña Trinidad que sería conveniente visitar las otras escuelas, porque él creía que lo que hacía falta era un grupo escolar nuevo, con todas las clases juntas y con vivienda para los maestros.

    De esta manera, se continúa con las visitas y se llega a la conclusión de que las tres escuelas de la calle Real baja necesitaba una reparación que iba a costar más que hacerla nueva; y que las dos de la calle Hospital tenían mucha humedad, lo cual resultaba perjudicial para los niños.

     En vista de ello, resultó que la idea de D. Francisco Notario salió a flote. Se acuerda declarar en ruinas todas las escuelas y proceder a la construcción de un nuevo grupo escolar.

   El señor alcalde del momento, D. José Casáu Caro, enterado de todo, acepta comprar los terrenos necesarios y lo que hiciera falta por parte del ayuntamiento que él presidía, quedando muy ilusionado, al igual que los demás, con la construcción  del nuevo colegio. 

Imagen del CEIP Santísima Trinidad de Sierra de Yeguas (Málaga)

    Todas estas anécdotas, y muchas otras que pueden encontrar sobre el colegio, son del libro Nostalgia Serrana de un servidor de ustedes, Antonio Solís.

  En el año 2010 se publicaba la adjudicación de las obras de sustitución y reforma del Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Santísima Trinidad de Sierra de Yeguas, Málaga.


Fotografía de la Agencia Pública Andaluza de  Educación



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