martes, 22 de febrero de 2022

Semana Santa

      Como ya estamos acercándonos al tiempo de cuaresma, ese que tanto nos gusta a los cofrades y capillitas, creo conveniente hacer un poco de historia de la Semana Santa de nuestro pueblo Sierra de Yeguas.

                                            LAS IMÁGENES: UN GRAN TESORO

      Las Imágenes de Semana Santa de Sierra de Yeguas son la base física de esta creencia, del fervor  de lo serranos y serranas de a pie  que portean su peso sin cansancio y encienden las noches serrana más allá del resplandor de las estrellas,  porque pasean por sus calles esas figuras de Cristo y de María representadas en las imágenes del Cristo de la Bondad, Señor de la Humildad, Jesús Nazareno, la Virgen de los Dolores,  el Cristo de la Vera Cruz, Nuestra Señora de la Esperanza, el Santo Entierro de Cristo y la Virgen de la Soledad, Cristo del Amor y Clemencia. También hay que sumar a este fervor la procesión infantil de Jesús del Amor y Mª Santísima de la Sierra.
Pues bien, ese resplandor de las estrella  se desvanece al amanecer del Viernes Santo, porque ese día amanece más temprano cuando sale de su templo esa otra figura maravilosa: "el Jesús de los serranos”,  acompañado de su madre la Virgen de Los Dolores. Pero retrocedamos un poco porque esa mágica tarde del Domingo de Ramos comienza todo con la figura de Jesús de la Bondad, a lomos de un pollino, acompañada por todos nuestros niños y sus mayores que, con alegría y casi sin percatarse, están transmitiendo de generación en generación el amor por nuestras tradiciones religiosas.
Cada una de estas imágenes tiene su historia particular. Faltaba quizás esta enumeración cronológica, este reflejo escrito y gráfico para los que pretenden entender lo incomprensible y para el gozo de los que cazamos las emociones al vuelo y sentimos la magia serrana santera. He aquí, por tanto, un tema apasionante, el de la Imaginería Cofradiera de Sierra de Yeguas.
Desgraciadamente, no ha llegado hasta nosotros esa otra parte del legado de imágenes antiguas que ya teníamos en nuestra iglesia anterior  a  la guerra civil española,  y  que seguramente también tuvieron un gran valor artístico y sentimental.
 Lo cierto es que los acontecimientos ocurridos en España a partir de 1931, con la proclamación de la Segunda República, trae consigo años de saqueos y quemas de iglesias y conventos, lo que hicieron que desaparecieran para siempre obras de arte de valor incalculable. El estallido de la temida guerra terminará de mutilar buena parte del patrimonio artístico y religioso de tantos pueblos y ciudades españolas, aunque nunca podrán compararse con la tristeza que supuso tantas pérdidas humanas.  Así sucedió también en Sierra de Yeguas.
Un documento inédito redactado por el cura párroco de la época D. Rafael Pabón García, nos recoge ese momento en el que se produjeron los saqueos en nuestra iglesia de Sierra de Yeguas, y que les transcribo a continuación: 
(…) El veintidós de Julio de mil novecientos treinta y seis, tristes entre todos, fue profanada la Iglesia, sus altares e imágenes, archivo y demás enseres sagrados, llegando en su furia satánica hasta el Sagrario que contenía el Santísimo Sacramento. Totalmente quedó desmantelada, destrozando altares tallados en madera y dorados, imágenes, (…), pila bautismal, ornamentos, vasos sagrados, y todo cuanto en ella rica y bellamente se contenía, reduciendo más tarde a cenizas los despojos que en ella quedaron (…).
El tesón de los serranos y serranas haría que nuestra Semana Santa tuviera una segunda oportunidad y renaciera de sus cenizas. El esfuerzo de aquella Sierra de Yeguas Cofrade volvió a darnos la gloria que habíamos perdido, nos devolvió toda nuestra tradición perdida, y nos hizo abrazar de nuevo  la  fe.
Hoy,  cada Semana Santa,  Sierra de Yeguas saca a la calle todo un museo de increíbles riquezas artísticas, orfebrería, bordados, tallas, dorados, repujados, … De todas ellas es,  sin embargo, la Imaginería la que protagoniza la mayor atención de la Semana Mayor.  Los imagineros supieron dar al pueblo, a través de la nobleza de la madera tallada por la gubia, el contenido creyente y religioso que el pueblo serrano anhelaba.
D. Antonio Castillo Lastrucci, José Martín Simón, o Sebastián Santos. De sus manos de genio salieron la mayor parte de nuestras actuales imágenes de Semana Santa. Todos supieron darle a sus esculturas esa magia que desprenden cuando los creyentes miramos a los ojos de nuestro Cristo de la Vera Cruz o nuestra Madre de la Soledad; quién no ha querido subir al paso de Jesús Nazareno para ayudarle con el peso de la Cruz, o quién no ha querido enjugar las lágrimas de la Virgen de los Dolores y nuestra Virgen de la Esperanza atravesadas de dolor, un dolor que sentimos como nuestro, de verdad. Lo mismo nos ocurre con la imagen de Jesús de la Humildad, en espera de ser crucificado. Quién no ha pensado al verlo lo que todavía le queda que pasar, el calvario que va a sufrir. Pues todo esto lo consiguen las manos expertas del imaginero quien, además de su trabajo,  pone el corazón.
De todos ellos quizás sea D. Antonio Castillo Lastrucci, autor de la mayoría de las imágenes de Pasión de nuestra iglesia parroquial,  el más grande de los imagineros del siglo XX  y uno de los más fecundos de toda la historia de la imaginería sevillana. Puede decirse que una tercera parte del total de las imágenes que salen en Semana Santa  son obras de sus manos. Cuando en los sucesos revolucionarios de 1931 y 1936 se quemaron en Sevilla infinidad de imágenes, en los 19 templos incendiados, Castillo Lastrucci, que se encontraba en la plenitud de su vida artística, se vio materialmente obligado a devolver a Sevilla, y a otras tantas ciudades y pueblos, como es el caso del nuestro, su  Semana Santa en una labor titánica (1).
Uno de los trabajos más destacados que recoge la vida y obra del escultor sevillano es el libro memorial de D. Antonio de la Rosa Mateo, donde nos muestra todo ese conjunto de obras de arte que salieron de los talleres de Lastrucci. Entre toda su obra, menciona y cataloga las imágenes del Cristo de la Humildad, Cristo de la Vera Cruz, Cristo Yacente urna, Virgen de la Soledad y San Bartolomé  de Sierra de Yeguas (2). 
Gracias a Lastrucci y a otros grandes artistas,  Sierra de Yeguas puede  presumir de tener imágenes de Pasión  inigualables con respecto a otros pueblos cercanos más importantes en población. Y por ello hemos de sentirnos orgullosos, cuidando siempre de que nuestro valioso legado pase a las generaciones serranas venideras.  
(Historia de las Hermandades de la Semana Santa de Sierra de Yeguas, Málaga. Primera parte. Antonio Solís González. 2019).       



 Continuará... 

 
 
 
 
 
 



(1)  CASTILLO LASTRUCCI. SU OBRA.  Antonio de la Rosa Mateos.
(2) Op. Cit. Pág. 289.


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