martes, 10 de mayo de 2022


 

       DÁMASO BERENGUER, LA DICTABLANDA Y POR LOS CAMINOS


        Una vez terminada la Semana Santa y nuestro recorrido por las hermandades de nuestro pueblo Sierra de Yeguas, de nuevo  volvemos a la historia del siglo XX con este nuevo tema sobre Dámaso Berenguer.
       Con la caída de la dictadura de Primo de Rivera le sucedió el periodo de  dictadura del militar y político español Dámaso Berenguer, comúnmente denominada “dictablanda”, pues ni se continuó con la dictadura anterior ni se restableció la Constitución de 1876 de manera plena. Fue el último periodo de la restauración borbónica y del reinado de Alfonso XIII en España. En dicha etapa hubo dos gobiernos: el gobierno de General Berenguer, formado en enero de 1930 para que restableciera la normalidad constitucional tras la dictadura de Primo de Rivera, y el que le siguió un año después: el gobierno del almirante Juan Bautista Aznar, que daría paso a la proclamación de la segunda República Española. 
      La Segunda República Española fue el régimen democrático que existió en España entre el 14 de abril de 1931, fecha de su proclamación, en sustitución de la monarquía de Alfonso XIII, y el 1 de abril de 1939, fecha de final de la Guerra Civil, que dio paso a la dictadura franquista. Sucedieron un total de 26 gobiernos en tan corto tiempo. Hubo gobiernos de todas las tendencias políticas, por lo que se vivió una república cargada de incertidumbres y vaivenes políticos. 
     Este tramo de la política española es muy complejo, por lo que me he limitados solo a daros fechas concretas de más interés. Todo esto que estaba pasando en el país, sobre todo en las grandes ciudades, como no puede ser de otra manera, también se reflejaba en las zonas rurales y pequeñas poblaciones; la incertidumbre era constante y así lo vivía nuestro pueblo también: difícil para todas las clases sociales, pero los más vulnerables, como siempre, la clase trabajadora. Sus trabajos como jornaleros les producía unos ingresos que no les llegaba para comer en buena parte del año. La confusión de sus límites es muy frecuente;  esto no es sino reflejo de la necesidad que cada día se encuentran cuando se levantan por la mañana sin saber para dónde dirigir sus pasos y traerse el pan a casa. Entre los trabajadores del campo había otro grupo con ocupación estable en las explotaciones de los labradores acomodados o de los propietarios absentistas. En este último caso las fincas eran administradas por un encargado. Los criados, como se denominaba a estos empleados fijos, solían vivir hacinados en casuchas en los cortijos  y algunos otros en la vivienda de los patronos en la zona de servicio, en las casas que tenían en el pueblo. En el caso de los jornaleros, todo miembro de la familia y allegado del encargado, desde niños a mayores, trabajaban en mayor o menor medida. El recurso del criado o criada es propio del labrador acaudalado. Existía también la figura de la criada que ayudaba al ama a las tareas del hogar y al cuidado de los hijos. Por lo regular, ésta sí vivía en la casa del ama, a la que vestían y alimentaba. Las criadas percibían normalmente una pequeña cantidad en metálico que frecuentemente era sustituida por aportaciones en especie que entregaban a la familia de la criada.     
 
      Queridos paisanos, esto que cuento también es fiel recuerdo de nuestra tierra, como muchos recordaréis, de nuestra querida Sierra de Yeguas. 
     Por otra parte ¿qué medios había para viajar?  El modo de viajar que había en esta época a las ciudades era a través del tren, pero para llegar a las estaciones de ferrocarril se hacía en carruajes arrastrados por caballos y mulas. Un problema común con el que se encontraban era que no había carreteras asfaltadas, solo caminos de tierra o de barro cuando  llovía. Pero tampoco había caminos, ni de tierra ni de barro, que condujeran a todas partes...  De esta manera, retrocediendo un poco en el tiempo, en el año 1914 en pleno del Ayuntamiento de nuestra localidad, se acordaba hacer un camino hasta la estación de Pedrera para poder viajar a Sevilla por vía férrea. Para viajar a Málaga se hacía a través de la estación de Gobantes, haciendo el camino en carruaje desde Sierra de Yeguas, pasando por Campillos -que es el camino más cercano para ir a la citada estación-. Para viajar a Granada se hacía a través de la estación de Bobadilla, y para viajar a Córdoba se hacía a través de la Roda de Andalucía. Para viajar a todas estas estaciones todavía no existía una red de carretera en condiciones, como hemos dicho, solo caminos más o menos arreglados, que en invierno, debido a la lluvia,  se hacías intransitable y en verano más de lo mismo por el polvo acumulado. 
     
     Pues hasta aquí otro pedacito de historia de Sierra de Yeguas.

                Continuará... 

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