Comedores sociales en los años 30 del                                      siglo XX

     Aunque todas las épocas pasadas tienen su parte positiva, resulta difícil encontrarla durante el triste periodo de la Guerra Civil y la década siguiente. Uno de los tantos problemas con los que se encontraron los españoles de aquella etapa fue el de la hambruna. Las autoridades de Sierra de Yeguas, que sabían de la enorme dificultad que azotaba la villa en este aspecto, intentarán en la medida de lo posible resolver la papeleta del hambre. Por ello, el presidente de la rectora que administraba el ayuntamiento, D. Bartolomé Arias Carbonero, convocaba a su junta de gobierno en sesión de pleno:

Sesión del día 20 de Enero de 1937

 Comedor para pobres: D. Bartolomé Arias Carbonero, alcalde presidente de la nueva comisión gestora de Sierra de Yeguas, en su intervención de cómo estaba el pueblo y por las necesidades que se estaba pasando, en su uso de la palabra expuso:  Diariamente por la lluvia y el paro persistente se viene dando sobre ciento cincuenta kilos de pan en calidad de socorro, amén de varios litros de leche para enfermas pobres y madres lactantes, y como  esto supone una carga abrumadora para el ayuntamiento, carga que este no podrá soportar largo tiempo; y como de otra parte es de ineludible necesidad evitar por todos los medios el que nadie pase hambre en general, y muy especialmente las huérfanas y viudas pobres, propone a la comisión gestora la implantación de comedores gratuitos. Para atender monetariamente al sostenimiento de estos comedores, se puede arbitrar los siguientes recursos: importe del plato único, consumiciones, subvención mensual del ayuntamiento, descuento del uno por ciento de las pagas que mensualmente sostienen en el mismo. Con estos ingresos se puede dar de comer a unas cincuenta personas diariamente y con ello habremos evitado mucha necesidad.

     Para la ejecución de esta propuesta, debe formase una comisión mixta de señoras y señores de la localidad, de la cual forme parte en representación de la comisión gestora uno de los vocales elegido por esta y estando auxiliada por la juventud femenina de Falange y por cuantas señoras ofrezcan su colaboración. Por último hacer todo lo posible para que estos comedores funcionen el día primero de febrero próximo.

     Es cuanto tengo el honor de someter al superior criterio de la Comisión, rogando dada la trascendental importancia del asunto.

    La Corporación por unanimidad, tras un corto debate,  manifestó su conformidad con la propuesta de la alcaldía y se acordó:

1º. Aceptar íntegramente la moción de la presidencia.

2º. Fijar en trecientas pesetas mensuales la aportación del ayuntamiento.

3º. Designar representante de la corporación en la comisión.

4º. Que a partir de la fecha, todas las pagas que efectúe el ayuntamiento tendrá un descuento temporal y extraordinario del uno por ciento, con destino al sostenimiento del comedor.

5º. Autorizar ampliamente al Sr. presidente para la ejecución de estos acuerdos y para continuar recorriendo en la forma que lo viene haciendo, hasta tanto comience a funcionar el comedor gratuito.

 Socorro facilitados a pobres: Socorros facilitados a viudas y huérfanas pobres durante el mes de enero último. Acto seguido el presidente daba cuenta de los socorros facilitados durante el pasado mes de enero, que son los siguientes: socorro en kilos de pan: cuatrocientas seis pesetas con ochenta céntimos, y en litros de leche para madres lactantes pobres y enfermas, trecientas cuarenta y dos pesetas; total: setecientas cuarenta y ocho pesetas con ochenta céntimos. 

     Y se acordó el pago. Dos años más tarde, para todo  el territorio nacional, se produjo la aprobación por el Ministerio de Industria y Comercio en mayo de 1939 de un decreto que establecía el racionamiento en todo el país hasta su derogación en el mes de marzo del año 1952.

Niños vascos atendidos en uno de los comedores de Auxilio Social en 1938. 
BNE. Fotografía recogida en El Cultural, El Español, artículo de D. Barreira, 2023

 

  *Comentario propio: Recuerdo que estos comedores, a final de los años cuarenta y principio de los cincuenta, existían en una casa-comedor en la calle Real de Sierra de Yeguas entre los números 36 y 37.